¿Habéis pensado alguna vez en la eternidad de los montes? ¿En por qué se habla de escalas de tiempo tan grandes cuando hablamos de árboles? Quizá como no somos árboles no nos damos cuenta, pero estos seres tienen un crecimiento más lento que nosotros y una longevidad bastante superior. Un ejemplar sano en condiciones óptimas puede alcanzar más de 100 años de edad.
Cuando un bosque desaparece, por la razón que sea, tarda mucho en recuperarse. Lo mismo sucede con las acciones y tratamientos que se realizan en los mismos. Por esta razón la responsabilidad de los Ingenieros Técnicos Forestales es tan grande.
Cuando un Ingeniero Técnico Forestal redacta y ejecuta un proyecto de ordenación de montes tiene la responsabilidad de que su acción durará para siempre. No sólo se trata de tener el bosque bonito, sino que con cada acción que realizamos la eternidad y durabilidad del monte está en juego. Un error en un tratamiento en el monte puede tener grandes consecuencias en el mismo. Y éste error tardará en solucionarse mucho tiempo, más incluso del que el propio Ingeniero Técnico Forestal va a vivir.
Las eternas acciones del bosque.
Los bosques son eternos. Por muchos años nacieron, vivieron y se desarrollaron sin necesidad de la mano del hombre. La evolución del hombre trajo consigo cambios en los bosques. Las necesidades de madera para construir casas y barcos, y para calentarse en invierno aumentaron. El simple hecho de cortar un árbol, o algunas ramas ya fue transformando el paisaje, moldeándolo a nuestras necesidades e intereses. El monte que hemos heredado hoy es fruto del las acciones del pasado sobre el, aquí es donde os podéis dar cuenta de la durabilidad de los tratamientos forestales y de la importancia de redactarlos y llevarlos a cabo con profesionalidad.
Nuevamente y desde este artículo vuelvo a reivindicar el lugar que tenemos los Ingenieros Técnicos Forestales como profesionales del medio natural. Igual que un arquitecto proyecta edificios y casas, y nadie se entromete en su profesión, los Ingenieros Técnicos Forestales somos los encargados del cuidado del monte. Nosotros y no otros, somos los responsables de redactar y ejecutar los proyectos de ordenación de montes. No hace mucho un compañero de profesión me hablaba de que un arquitecto había firmado un proyecto de ordenación de montes. No pude evitar sentirme indignada y vulnerada en mi trabajo. ¿Cómo puede ser que un profesional que no tiene nada que ver con el medio ambiente haya firmado un proyecto del que depende la sostenibilidad de un monte? No lo puedo entender. Ni al profesional que lo firmó ni a la entidad que lo aprobó.
Seamos serios y ejecutemos cada uno el trabajo en el ámbito que nos corresponde. Sólo los Ingenieros Técnicos Forestales, y otros profesionales como los Ingenieros de Montes, somos los responsables del cuidado del de los montes.Insisto en la reivindicación a que se nos deje hacer nuestro trabajo. Porque solo un profesional es capaz de hacer un trabajo para el que se ha preparado y no otro.
La eternidad del monte y nuestro futuro dependen de ello. Dejemos los montes en manos de los forestales, que somos los que estamos preparados y sabemos cual es la mejor manera de cuidarlos y mantenerlos.
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